David Robles Tapia, bombero zaragozano de 44 años, ha escrito este domingo una nueva página en el Libro Guinness de los récords. El World Trade Center de la capital aragonesa, abarrotado de familiares, amigos y curiosos, ha sido testigo del desafío, que consistía en subir de manera ininterrumpida las escaleras del edificio durante una hora y batir la marca de 1.102,49 metros que poseía anteriormente el toledano Cristian López. Robles, pasados los 55 minutos del reto, ya había logrado el objetivo,  materializado en 17 subidas e incrementado en una y media más, alcanzando una cifra total de 1.227, 74 metros.  «Muchas gracias a todos. Ha sido muy duro, pero estoy súper contento», ha señalado una vez hecha la gesta.

A ritmo de dulzaina, gaita y tambores, con los que sus compañeros de la Asociación Cultural y Deportiva del Cuerpo de Bomberos han animado la mañana poniéndole música a cada vuelta, Robles inició el recorrido a las 11.05 junto a su compañero habitual de entrenamientos Abel Casas Chueca, que actuó de liebre. Además, durante los 45 segundos de descenso en el ascensor desde la planta decimoctava a la planta calle, donde el bombero aprovechaba para recuperar e hidratarse mientras el equipo médico le tomaba el pulso para asegurar su estabilidad física, su mujer Naiara y su entrenadora Beatriz Arias le daban indicaciones y animaban a continuar.

El ritmo del zaragozano fue constante durante toda la prueba, moviéndose entre tiempos de dos y tres minutos por ascensión y bajándolos progresivamente conforme se iba desarrollando el reto. Como anécdota, a mediados del reto, Robles golpeó sin querer con el codo el botón ‘-3’ del ascensor. Un contratiempo que le hizo perder cerca de 15 segundos, pero que recuperó en la siguiente subida tirando de coraje y pasando de un registro habitual 2:21 a 2:09. Un imprevisto que le sirvió para motivarse todavía más. «Vamos como un ordenador, esto está hecho», aseguraba su compañero Casas en la sexta vuelta.

En el edificio, franqueado por chips y cámaras que iban evidenciando la consecución del récord de cara a la certificación oficial de la organización, se agolpaban en cada planta, divididos en pequeños grupos, toda la gente que acudió a apoyar al bombero, así como el ente colaborador y patrocinador Club Mundo 080. Asimismo, tres testigos abogados, dos situados arriba y uno abajo, anotaban los tiempos del cronómetro oficial, por el servicio ‘Tempo Finito’, para dar validez al récord. «La gente me ha llevado en volandas. En el ascensor solo pensaba en coger aire. Estoy muy orgulloso», ha recalcado Robles al finalizar.

Un orgullo compartido por su entrenadora. «Lo hemos vivido con muchos nervios pero con la emoción de que sabíamos que lo podía conseguir. David es un chico que tiene mucha capacidad de esfuerzo y sacrificio», ha sostenido Beatriz. Así ha descrito el proceso de entrenamientos que le han llevado a Robles al éxito: «Se ha esforzado al máximo para llegar aquí, hemos tenido que combinar un poco de natación, ejercicios de gimnasio, kilométricos, entrenamientos específicos de escaleras... Ha habido muchas sesiones y tests que han merecido la pena».

Tras la gesta, a David le toca disfrutar con su gente y esperar a que la entidad Guinness compruebe y valide el reto completado. No ha podido comenzar de mejor manera este 2019 para el zaragozano, que, junto a su mujer, también espera un bebé al que ha besado tanto antes de empezar la escalada como después, una vez batido el objetivo. David Robles ha inscrito su nombre en el prestigioso Libro Guinness de los récords. En el hall del edificio World Trade Center, anexo al Centro Comercial Gran Casa, David Robles se ha dado un baño de masas. Fotografías con todos sus compañeros y familiares para inmortalizar un momento que jamás olvidará. Pero un ganador no descansa y, tanto él como su entrenadora, ya piensan en el siguiente reto: «Ya veremos a ver qué pasa, pero los dos queremos más», han coincidido.

Fuente: Heraldo de Aragón